Palabra

de

DIOS

 

 

 

 

REAL       HERMANDAD

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Homilía XVII Domingo del tiempo ordinario

Año litúrgico 2019 - 2020 - (Ciclo A)

 

 

Primera lectura

 

Lectura del primer libro de los Reyes 3, 5. 7-12

 

En aquellos días, el Señor se apareció en sueños a Salomón y le dijo:

- «Pídeme lo que quieras.»

Respondió Salomón:

- «Señor, Dios mío, tú has hecho que tu siervo suceda a David, mi padre, en el trono, aunque yo soy un muchacho y no sé desenvolverme. Tu siervo se encuentra en medio de tu pueblo, un pueblo inmenso, incontable, innumerable. Da a tu siervo un corazón dócil para gobernar a tu pueblo, para discernir el mal del bien, pues, ¿quién sería capaz de gobernar a este pueblo tan numeroso?»

Al Señor le agradó que Salomón hubiera pedido aquello, y Dios le dijo:

- «Por haber pedido esto y no haber pedido para ti vida larga ni riquezas ni la vida de tus enemigos, sino que pediste discernimiento para escuchar y gobernar, te cumplo tu petición: te doy un corazón sabio e inteligente, como no lo ha habido antes ni lo habrá después de ti.»

 

 

Salmo

 

Sal 118, 57 y 72. 76-7'7. 127-128. 129-136 R. ¡Cuánto amo tu voluntad, Señor!

 

Mi porción es el Señor;

he resuelto guardar tus palabras.

Más estimo yo los preceptos de tu boca

que miles de monedas de oro y plata. R.

 

Que tu bondad me consuele,

según la promesa hecha a tu siervo;

cuando me alcance tu compasión, viviré,

y mis delicias serán tu voluntad. R.

 

Yo amo tus mandatos

más que el oro purísimo;

por eso aprecio tus decretos

y detesto el camino de la mentira. R.

 

Tus preceptos son admirables,

por eso los guarda mi alma;

la explicación de tus palabras ilumina,

da inteligencia a los ignorantes. R.

 

 

 

Segunda lectura

 

Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Romanos 8, 28-30

 

Hermanos:

Sabemos que a los que aman a Dios todo les sirve para el bien: a los que ha llamado conforme a su designio.

A los que había escogido, Dios los predestinó a ser imagen de su Hijo, para que él fuera el primogénito de muchos hermanos.

A los que predestinó, los llamó; a los que llamó, los justificó, a los que justificó, los, glorificó.

 

 

 

 

 

 

Evangelio del día

 

Lectura del santo evangelio según san Mateo 13, 44-52

 

En aquel tiempo, dijo Jesús a la gente:

- «El reino de los cielos se parece a un tesoro escondido en el campo: el que lo encuentra lo vuelve a esconder y, lleno de alegría, va a vender todo lo que tiene y compra el campo.

El reino de los cielos se parece también a un comerciante en perlas finas que, al encontrar una de gran valor, se va a vender todo lo que tiene y la compra.

El reino de los cielos se parece también a la red que echan en el mar y recoge toda clase de peces: cuando está llena, la arrastran a la orilla, se sientan, y reúnen los buenos en cestos y los malos los tiran.

Lo mismo sucederá al final del tiempo: saldrán los ángeles, separarán a los malos de los buenos y los echarán al horno encendido. Allí será el llanto y el rechinar de dientes.

¿Entendéis bien todo esto?»

Ellos le contestaron:

- «Sí.»

Él les dijo:

«Ya veis, un escriba que entiende del reino de los cielos es como un padre de familia que va sacando del arca lo nuevo y lo antiguo.»

  26 de julio